
Nuevo Casas Grandes.- Durante la presente temporada de lluvias, cinco personas, entre ellas dos menores, han perdido la vida arrastradas por las fuertes corrientes de las crecidas de ríos y arroyos, y una de ellas por la fuerza de un pozo que lo llevó al fondo de un presón, siendo el número más alto del que se tenga registro para una temporada en la región.
El caso más reciente fue el pasado sábado 6 de septiembre cuando Colonia Juárez, municipio de Casas Grandes, vivió una de sus peores inundaciones en más de 60 años, cuando el río Piedras Verdes se desbordó y no sólo alcanzó las viviendas a la orilla del afluente, sino que se extendió por toda la parte baja del poblado, inundándolas y formando fuertes corrientes.
Pese a los esfuerzos de los cuerpos de rescate que lograron salvar a personas que no alcanzaron a huir y se refugiaron en los techos de sus casas, un ciudadano identificado como Gustavo Núñez Varela de 77 años, al parecer con discapacidad, fue alcanzado en su casa por la corriente que lo arrastre río abajo y dejó su cuerpo enredado entre unos árboles, siendo rescatado hasta la mañana siguiente.
En uno de los casos más dramáticos, la medianoche del pasado domingo 31 de agosto las recientes lluvias hicieron que un arroyo comúnmente seco, registrara una peligrosa crecida, rebasando el puente que va a San José, donde una camioneta quedó atorada y cuando otro conductor quiso ayudar, terminaron ambos arrastrados dentro del arroyo, que se llevó a un adulto y dos niños.
El padre alcanzó a sujetar al menor, siendo hallado horas después, sanos y salvos ambos, pero no así el pequeño Esaú de 11 años, que fue arrastrado por varios metros por el arroyo hasta desembocar en el río, cuya corriente aún más furiosa lo llevó por varios kilómetros hasta ir a dar cerca de Ejido Hidalgo.
Su cuerpo fue hallado rescatado por unos rancheros que patrullaban la zona, pues ya conocían del caso y estaban ayudando con la esperanza de hallar con vida al menor, aunque lamentablemente pereció ante la fuerza de la corriente.
Tras las primeras lluvias que se presentaron con intensidad en la región, el lunes 21 de julio, las autoridades de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), lograron rescatar el cuerpo de un hombre que al parecer, murió ahogado en una acequia de el rancho El Girasol, en el municipio de Casas Grandes.
Al principio se creía que podría ser un homicidio porque el hombre parecía atado de sus pies, pero era su propia ropa enredada cuando fue arrastrado por la corriente, al parecer hace días, pues estaba en avanzado estado de descomposición y según los datos preliminares, pudo haber sido un jornalero agrícola originario del sur de la República, quien contaba con aproximadamente 50 años pero no pudo ser identificado.
En otro caso, el miércoles 16 de julio en el municipio de Janos, en el campo agrícola menonita de Las Virginias, un jornalero agrícola menor de edad, identificado como Rey Aguanta Ahuelicán de 17 años, quien en un descanso de su jornada laboral quiso refrescarse en un presón, pero la fuerza del pozo de agua lo arrastró hasta el fondo y ya no pudo salir, hasta que otros adultos rescataron su cuerpo.
Un mes antes, el lunes 23 de junio en el municipio de Ascensión, las primeras lluvias torrenciales en la región formaron una fuerte crecida en un arroyo abandonado, dejando atrapado en el medio a un trabajador minero que intentó cruzar a bordo de un camión de trabajo, quien terminó arrastrado por la corriente.
Fue hasta el día siguiente que se rescató el cuerpo de Abel Mendoza Ruiz que regresaba de su jornada de trabajo en la Mina La Morita, quien fue arrastrado varios metros, por lo que cuando lo hallaron había perdido la vida.
A estos casos pudieran sumársele más, de no ser por la solidaridad de rescatistas y voluntarios que han logrado poner a salvo a otras personas que también han sido arrastrados por las fuertes corrientes desde Ascensión hasta Buenaventura, siendo en todos los casos, la imprudencia de no hacer caso a las recomendaciones que las unidades de Protección Civil dieron a la ciudadanía, de que no se arriesguen a entrar a las corrientes de las crecidas desde que iniciaron las lluvias, pero lamentablemente, muchos no midieron lo valiosos esos avisos.
