
Nuevo Casas Grandes.- Arturo M.G. fue vinculado ayer a proceso por el delito de “tortura”, siendo el tercer agente en quedar sujeto a proceso por haber arrestado a las afueras de un bar en Puerto palomas de Villa, a un hombre ebrio que escandalizaba en la calle, quien resultó ser un policía de Estados Unidos.
Arturo M.G. fungía como Comandante de la Policía Seccional de Puerto Palomas, cuando tuvo que huir al darse cuenta que elementos estatales y militares estaban capturando a los policías a su cargo, por lo que fue aprehendido apenas el pasado 13 de marzo en Galeana.
Los arrestos de policías obedecen a la denuncia de Jorge Octavio Madrid Porras de 24 años, residente estadounidense en Nuevo México que los acusa de “secuestro”, “extorsión” y “tortura”, todo, por haberlo arrestado escandalizando y en estado de ebriedad.
Como muchos en su condición, el norteamericano con cargo de policía en Estados Unidos, suele pasar los fines de semana divirtiéndose en los bares de Puerto Palomas de Villa donde las leyes son menos severas, por lo que ese 28 de enero de 2024, llevó a su novia a un bar.
Sin embargo, el estadounidense se puso tan ebrio que comenzó a molestar a su novia, al grado que ésta llamó a la policía y luego de escandalizar en el bar el grupo de amigos fue sacado del lugar, en donde seguían las discusiones por lo que empleados del antro también llamaron a la policía.
Cuando los agentes de Puerto Palomas de Villa llegaron a atender el reporte, Madrid Porras se puso muy agresivo aprovechando sus habilidades en el box, por lo que estuvo forcejeando con los uniformados hasta que lograron someterlo y entre jaloneos donde se seguía resistiendo, lo subieron a una patrulla.
Todo parecía un arresto más, incluyendo el último proceso cuando en la mañana llegó la madre del presunto, ciudadana del Seccional de Puerto Palomas, quien pagó la multa para llevarse a su hijo que estaba en una de las celdas.
Sin embargo, un año después de ese incidente los elementos de Puerto Palomas de Villa se vieron sorprendidos con que tenían órdenes de aprehensión: primero fueron arrestados Marcela Yaneth R.M. de 27 años y Javier Martín J.O. de 47 años.
Amparado por el Gobierno de Estados Unidos, así como las agencias del FBI y la DEA, el policía norteamericano interpuso denuncias para que respondiera el Gobierno de México, formulando acusaciones de secuestro, tortura y extorsión de lo que en realidad fue su arresto y sometimiento por resistirse a los oficiales.
En el peor de los casos, la defensa de los elementos preventivos que a estas alturas ya perdieron su trabajo y se encuentran presos por ejercer su función, alertó que el proceso está “muy viciado”, pues el estadounidense tardó 7 meses en presentar un examen médico y pese a la irregularidad a todas luces, el Ministerio Público aceptó el documento como “prueba”.
Sin embargo, existe un video en el que se muestra cómo el policía norteamericano, boxeador y en estado de ebriedad, estuvo tirándole golpes a los agentes y forcejeando para evitar su arresto ese enero de 2024, por lo que tuvo que ser sometido con la asistencia de los elementos de dos patrullas.
Ese video fue lo único que salvó a los agentes del cargo de supuesta “privación ilegal de la libertad” como lo calificó Madrid Porras, ya que en toda la escena se ve claramente que nunca fue secuestrado, sino arrestado como cualquier ebrio escandaloso, ante decenas de personas que vieron su actitud agresiva, en un video que incluso fue parte de las pruebas exhibidas en las audiencias.
Sin embargo, hasta el momento se le ha concedido a Jorge Octavio Madrid la acusación de “tortura”, basado en un certificado médico apócrifo donde la “víctima”, muestra una pequeña “marca lineal” en un glúteo, pero él asegura que fue el producto de 12 tablazos.
Además, el quejoso alegó que estando en la celda, llegaron unas personas que “él conoce que están ligadas al crimen organizado” para tirarlo al piso y propinarle una serie de patadas y golpes tanto en la cara como en el cuerpo, porque según él, los policías “lo entregaron”, pero “todo sucedió ahí” y nadie se lo llevó.
De todos esos golpes en el cuerpo y en el rostro, que según recibió Jorge Octavio Madrid por parte de criminales, en el certificado médico el policía norteamericano sólo mostró una inflación en el pómulo.
Para desestimar las acusaciones en contra del agente Antonio M.G., quien fungía como comandante de la Policía Municipal de Puerto Palomas de Villa hasta que comenzó la “cacería’ de policías y todos tuvieron que salir corriendo, la defensa llevó a un experto que tiene amplia experiencia como médico legista.
El profesionista, al observar las fotos de las marcas que presentó el policía norteamericano, a pesar de todas las reservas desde su punto de vista, desechó de manera categórica que esa “herida” fuera el producto de 12 tablazos, argumentando que con la mitad de eso, ha vivido de cerca los casos de personas que pierden el conocimiento y no pueden caminar en meses, además de sufrir infección y pérdida de movilidad.
Asimismo, la inflamación en el pómulo pudo haber sido producto de su misma resistencia al arresto, pero descartó que su rostro tenga marcas de haber sido golpeado en el suelo como el quejoso argumenta.
Pese a los argumentos, ayer al finalizar la audiencia de más de dos horas y media, el excomandante de la Policía Seccional de Puerto Palomas, fue vinculado a proceso por “tortura”, sin cargos por el supuesto “secuestro”, pero con la prisión preventiva como medida cautelar.
Así, un simple arresto para el que está facultado cualquier oficial de la policía, se convirtió en un “secuestro”, y someter a un policía boxeador y ebrio, se tradujo en “tortura”, por lo que la defensa está trabajando en reunir las pruebas suficientes que corroboren el debido proceso en esa detención, como un acto legal, no como un procedimiento criminal donde se dijo que el infractor en todo momento, es el que está acusando a los policías.